jueves, 7 de febrero de 2013

Ventana Crepuscular


Al dar nuestro primer llanto como si fuese parte integral de nuestro ser, la muerte forma parte de nuestra vida. Nos habituamos a crepúsculos diarios. Millares de miradas trémulas divagan por las calles y avenidas llenas de gente, digamos que, contemplando personas que se quedaron en el olvido de vivir y a la deriva de ser tomadas en cuenta.

En el singular acto de mirar, son muchas las distancias transmigradas y las vidas caminadas por la anciana de la ventana. Todo se compactaría en el libro de su vida, aquel que simplemente yo llamaría: “el trayecto”.

La anciana quien ha recorrido años en vida, ha llenado cada página de su libro con garabatos y formas inentendibles. Cada pasar de página, representa una muerte segura del día, para adentrarse al oscuro progenitor de todas las madrugadas del mundo, la noche incierta. Un descuento de vida, un final inminente.

Sra. Guevara

Basta el plenilunio para ver nacer al sol, un paradójico ciclo donde se interrelaciona el nacimiento con la muerte. En ese continuum, encontramos una simbiosis perfecta de verbos encontrados que se resumirían en; “ver” y “cegar” / “nacer” y “morir”. Estas contradicciones, forman los garabatos que copan al gran libro de la vida y a su perfecta ubicación en la biblioteca universal de la historia. Son infinitas las miradas que tienen un principio y un fin, así como también hay páginas que terminan y noches que perecen. Todos los cambios sustanciales en la vida de la anciana han sido capitulados y editados en largos volúmenes empastados, hoja por hoja y letra por letra, resguardando en su extensa colección de vivencias las alegrías y las penas. 

Son infinitos los caracteres que al acumularse se archivan en alguno de los tramos inexplorados de la vasta biblioteca de la vida. Solo quedaría esperar a que algún bibliotecario busque y aprenda de las crónicas olvidadas de la anciana. Un libro longevo suspendido en el tiempo.

Socialite

Ya la anciana carece de juventud plena y se dispone a mirar por el retrovisor de su vida. Se percata de que los garabatos en cada página de su libro se han borrado permanentemente. Solo le queda divisar vagamente cada punto cardinal en una estrecha avenida del pueblo donde vive, una urbe que ampara la nostalgia de almas transmutadas en libros y los trazos de una existencia crepuscular.

Faceta

Ya en el poniente, como si la existencia se tratase de un oxímoron, todos, absolutamente todos nosotros, pertenecemos a esa “luz oscura” que tan contradictoriamente llamamos “vida”. Un trayecto ya escrito que culminará siempre con la expiración de nuestros garabatos.

Título de la serie fotográfica: D'Film (CCS en presente continuo)


JM

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